venerdì 31 agosto 2012

Capitulo 13




-¿Interrumpo algo? -preguntó a la vez que se acercaba a la pareja echando fuego por los ojos a la vez que estudiaba la esplendida silueta de la desconocida.
Sus modales no fueron del agrado de Peter, que clavó sus oscuros ojos de forma peligrosa en ella, pero prefirió ignorarlo y avanzó hacia ellos.

-¿No vas a presentarnos? -lo desafió sin apartar la mirada esmeralda de la rubia que también parecía estar estudiándola, aunque en sus ojos azules bailaba la diversión.

-Tú debes de ser Mariana -dedujo- Yo soy Rocio Igarzabal y por tu expresión imagino que tu querido esposo no te ha hablado de mí.

-Está claro que no lo ha considerado necesario, pero estoy segura de que usted estará encantada de ponerme en antecedentes -respondió con tono seco y cortante.

-Mariana -siseó Peter amenazante, que continuaba junto a la mujer.
Ambas parecían ignorarlo, retándose con la mirada y observándose con detenimiento.

-Mi difunto esposo y Peter -dijo acercándose un poco más hacia él- tenían importantes negocios juntos. Ahora, mi querido marqués, me ayuda a mí a continuar con las inversiones, aconsejándome y guiándome.

-Muy loable por su parte -respondió de forma cortante- Si la señora Igarzabal está aquí para tratar asuntos de negocios, no veo necesaria mi presencia en este salón.
Dijo alzando la barbilla y dirigiéndose al final a su esposo, que parecía querer fulminarla con la mirada.

-Tan vez os resulte un poco aburrido -asintió Rocio divertida.

-Pues entonces será mejor que no les entretenga más, ha sido un... placer conocerla. Con su permiso -sin más se dio media vuelta y abandonó el salón.

-Mariana -la llamó Peter tratando de ir tras ella, pero la mano de Rocio lo detuvo.

-Déjala, no le hará mal tener algo en lo que pensar -dijo divertida, dejando que su cantarina risa volviera a llenar la estancia.

-Eres imposible Rochi -apostillo sonriendo a su pesar- ahora me tocará a mí lidiar con su mal genio y todo por tus ganas de jugar a mujer fatal -la amonestó sin convicción.

-Ha sido interesante ver su reacción -comentó entornando la mirada- no me ha parecido que tu esposa se mostrara indiferente, yo apostaría a que estaba un tanto celosa.

-No digas tonterías -¿podría ser cierto lo que su amiga de la infancia decía? 


Las dos horas que estuvieron reunidos Peter y Rocio, Mariana no paró de pensar en ellos. Fingiendo indiferencia se dedicó a escribir una extensa carta a su prima Luisa que actualmente residía en Segovia y que no había podido acudir a la boda aquejada por unas inoportunas fiebres. Aunque se llevaba muy bien con su prima sus dudas, recelos y pensamientos más íntimos se los quedó para sí. Primero tenía que averiguar si la señora de Igarzabal era solo lo que decía o si aspiraba a algo más con Peter.

Incapaz de estar más tiempo sentada se dedicó a pasear por su habitación, tomando nota mental de las cosas que quería cambiar, en un acto de infantil venganza pensó en gastar cuanto quisiera para remodelar todo aquello que no le gustara. Examinando el mirador que daba a los jardines de la parte de atrás estaba cuando apareció Pablo, con cara de sorpresa por encontrarla allí, para anunciarle que la cena estaba lista.

-¿Ha avisado al marqués, Pablo? – preguntó Mariana, aunque estuviera molesta con su esposo siempre había sido y sería amable con los sirvientes.

- Acabo de hacerlo señora. El marqués me ha informado que la señora Igarzabal se quedará a cenar con ustedes – Tras una inclinación de cabeza Pablo desapareció

Tras respirar hondo un par de veces, Mariana se preparó para hacer de perfecta anfitriona. Con la espalda recta y paso ágil se dirigió al comedor, al entrar solo un ligero parpadeo demostró la furia que bullía en su interior al ver a Rocio sujetando la mano de Peter mientras intercambiaban confidencias.

- Espero que en estas dos horas hayan podido resolver todos sus asuntos señora Igarzabal – comentó Mariana en un tono demasiado meloso. Peter al oírla no pudo evitar fruncir el ceño y sospechar de la actitud de su esposa.

- Oh, sí, ya hemos terminado. Le confieso que no sabría que hacer sin Peter, es un hombre maravilloso, pero eso usted ya lo sabe, claro – Comentó Rocio mientras un estupefacto Peter la ayudaba a sentarse.

-Sí, por supuesto, un hombre maravilloso – rezongó Mariana mientras se sentaba con la ayuda de un lacayo. – y dígame ¿hace mucho que se conocen?

- Sí, hace mucho tiempo ¿verdad querido? – Rocio dejó caer ese término cariñoso para ver la reacción de Mariana. Su humor iba mejorando conforme más observaba a la joven. Peter habían intentado hablar con ella del asunto, que le explicara por qué creía que estaba celosa, pero Rocio de verdad quería ayudar a Peter por eso decidió acicatear un poco más a Mariana- Creo que puedo asegurar que soy la persona que mejor le conozco.

- Vaya, y yo que creía que la persona que mejor lo conocía era Gastón – comentó de forma sarcástica Mariana. Esa mujer le gustaba cada vez menos, las miradas que esa mujer le estaba dedicando a Peter estaban poniendo a prueba su paciencia.

- Gastón solo se conoce bien así mismo – soltó sin pensar Rocio. Al ver la estupefacción en el rostro de Mariana y la turbación en el de Peter decidió dirigir la conversación hacía un terreno más seguro, o eso creía ella. – Ahora que recuerdo, usted era esa joven que iba siempre pegada a él, a la que le gustaba trepar a los árboles, pescar y todas esas cosas de niños.

Aunque el comentario de Rocio en este caso era totalmente inocente Mariana se sintió atacada. Cierto que no había sido una niña típica y que le entusiasmaban más los juegos con Gastón que aprender a bordar o a tocar el piano, pero a pesar de que Peter la había reprendido más de una vez por su comportamiento, esa mujer no la conocía lo suficiente para emitir un juicio como ese.

- Pues sí, era yo. Y no creo que importe lo bien que me lo pasé jugando como los niños porque al final yo – dijo señalándose a sí misma – me he casado con el marqués.

El triunfo de Mariana sobre Rocio se esfumó en cuanto las dos mujeres oyeron la voz fría y seca de Peter. El marqués había estado escuchando divertido y algo sorprendido a las dos mujeres, pero la tensión que se palpaba en el ambiente se estaba volviendo más densa. Ya le diría a Rochi que dejara tranquila a su esposa, él mejor que nadie conocía ese ingenio suyo que era como un aguijón y también le diría a Mariana, bueno, a ella le diría unas cuantas cosas cuando estuvieran solos.

- Señoras, cenemos por favor - y sin mirar a ninguna de las dos empezó a tomar la sopa.


Continuará…

1 commento:

  1. por dios todo lo que a pasado en estos caps jaja sorry por no firmar es que no habia tenido tiempo de leer por eso pero va muy bien avanzando al nove masssssss que habra pasado con gas y por que rochi habla asi de el

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